restoring our biblical and constitutional foundations

                

Recuperando la Perspectiva Paulina sobre el Liderazgo Pastoral

David Alan Black 

Recientemente leí un libro que cito: “Guiar a una iglesia es la tarea más dificultosa en el mundo”. Se refiere a una iglesia guiada por un pastor solitario en quien recae el peso de la predicación y la administración.

¿Así planeó el Señor Jesús que opere su iglesia? Tal vez nuestras dificultades son autoinducidas. Si pastorear una iglesia es la tarea más difícil del mundo, no es porque Jesús haya designado que sea así. Jesús nunca le confió el liderazgo congregacional a un solo individuo. Dotó a su iglesia con pastores (note el uso del plural en Efesios 4.11) cuya principal responsabilidad era equipar a los santos para hacer la obra del ministerio. Los pastores y la gente tienen que servir juntos para que los dones de todo el Cuerpo puedan ser ejercidos. Para eso está el liderazgo pastoral—no los Presupuestos, Paredes, Papeles y Programas.

Hoy me agrada decir que entre los muchos jóvenes cristianos que conozco, el hacer carrera de pastor deja el lugar a un estilo de liderazgo de equipo. Comienzo a ver que muchos estudiantes se dan cuenta que cada cristiano es un ministro y que Dios ha dado a cada uno de sus santos, hombre y mujeres, dones que contribuyen a la salud de la iglesia (1 Corintios 4.7). Estos estudiantes están deseosos de comenzar a liderar en equipo para entrenar a los santos. Están ansiosos de trabajar entre líderes-siervos que difieren en dones, pero tienen similares responsabilidades. Se ven a sí mismos como una “comunidad de liderazgo” (debo esta hermosa expresión a Michael Green) que sirven como iguales, no como gerentes en una cadena de mando. Comprenden que Cristo es la única Cabeza de la iglesia, el único Pastor Principal, y que bajo su liderazgo los ancianos siempre son plurales (Hch 11.30; 14.23; 20.17; Fil 1.1; 1 Tim 5.17-25; Tito 1.5; Stgo 5.14-15; 1 Pe 1.1; 5.1)

El libro al que me referí arriba también declara que el pastorado es el único trabajo en el mundo en que el impacto de una persona depende de un sermón de 30 minutos semanal. Bíblicamente, no hay nada más lejos de la verdad. Aunque el Señor Jesús proveyó pastores-maestros para nuestro beneficio, y aunque debemos aprovecharnos de su ministerio, no debemos depender de ellos para nuestra compresión de la Biblia. Cada uno de nosotros tiene el privilegio y el deber de acercarnos a dos directamente y buscar en las Escrituras para determinar lo que es verdadero. Además, creo que Ud. buscará en vano en el Nuevo Testamento un sermón de 30 minutos o una homilía cuidadosamente aliterada. Pienso que es significativo que los pastores nunca son descritos en el Nuevo Testamento como “predicadores”. En Efesios 4.11 se los describe acertadamente como “maestros” porque nada es más necesario para equipar a los santos que una sólida enseñanza bíblica de la Palabra de Dios. Igualmente, en 1 Timoteo 3.2 Pablo enfatiza que su habilidad de ensenar (o de ser “enseñable”—el griego permite ambos usos). El propósito final de la enseñanza es edificar a la iglesia—una iglesia en la cual todos los miembros son equipados por los distintos ministerios.

No encontré una explicación más clara de esta verdad que la dada por John Stott (Efesios, pág.167):

“¿Qué modelo de iglesia debemos tener en mente? El modelo tradicional es piramidal, con el pastor asentado precariamente en el pináculo, como un pequeño papa de su propia iglesia, mientras que los laicos están ordenados por debajo en un rango de inferioridad. Es una imagen totalmente no bíblica, porque el Nuevo Testamento deja ver no un solo pastor con un rebaño dócil, sino una supervisión plural y cada miembro como ministro”.

¿Es que no siento simpatía por el pastor solitario en “el trabajo más difícil del mundo”? Al contrario, oro por muchos de ellos diariamente. Aunque me temo que hemos traído sobre nosotros mismos nuestras propias dificultades. En el Nuevo Testamento existe un modelo más sabio, más grande y más eficiente, y cuando ignoramos o desobedecemos bien podemos esperar sufrimiento y consecuencias. Yo mismo no siempre pensé que este modelo de liderazgo fuese importante. Pero estoy aprendiendo que la Palabra de Dios es el molde en el que debo encajar mi pensamiento, mis creencias y mis acciones.

Cuando los arquitectos del siglo diecinueve buscaron completar la Catedral de Colonia en Alemania, no fue necesario preparar un nuevo plano, sino buscar y estudiar el diseño concebido por Meister Gerard en el siglo trece. Me pregunto frecuentemente por qué buenos hermanos y pensantes se olvidan fácilmente del mandato escritural de hacer todas las cosas de acuerdo al modelo que se nos mostró en el Monte. Seríamos sabios de pausar un momento y considerar cuánto necesitamos comprender y poner en práctica la amplia perspectiva paulina sobre el liderazgo en la iglesia.

Junio 30, 2007

David Alan Black is the editor of www.daveblackonline.com.

Back to daveblackonline